Comentamos los primeros episodios de “Young Sheldon”, el spin off de “The Big Bang Theory”

 Comentamos los primeros episodios de “Young Sheldon”, el spin off de “The Big Bang Theory”

Para bien o para mal, esta es la era de los spin offs, y si de algún personaje de “The Big Bang Theory” debía hacerse, este iba a ser Sheldon Cooper, el obsesivo e irritante nerd que le ha robado el protagonismo a Leonard y Penny. Dotado de un intelecto superior y de escasas habilidades sociales, el personaje ha ido creciendo, conseguido una novia, perdido su virginidad y captado más la atención de la audiencia.


La serie recoge la popularidad de la nostalgia ochentera que ha sabido explotar “Stranger Things” y otras historias, para ambientarse durante la infancia del Doctor en Física. Básicamente la serie nos cuenta lo que ya sabemos por “The Big Bang Theory”: que de niño fue brillante, que le trajo problemas a su familia, que amaba los trenes, que tenía una hermana gemela y una madre religiosa que trataba de arrastrarlo al lado creyente de la fuerza a cada rato, que tuvo un vínculo importante con su abuela, y que su intelecto le hizo compartir el aula con compañeros mucho mayores que él, para terminar su adolescencia con un doctorado. Resumiendo, cual Tartufo adulador, nos dice lo que queremos oír.
Con estos antecedentes la serie se centra principalmente en mostrar la problemática dinámica familiar de Cooper: sus hermanos deben lidiar con el hecho de que su hermano sea diferente a ellos, su padre hace lo que puede para que su paso por la secundaria sea lo menos caótico posible, y su madre intenta por sobre todo que sea feliz. El argumento no le hace asco a los tópicos de la sitcom familiar gringa: el padre gordo amante del deporte, el hermano mayor abusón, pero siempre conservando la esencia de la serie medular de Chuck Lorre, cuyo sello está presente a cada minuto. El mismo humor, situaciones parecidas, las mismas hipérboles.


Una de las cosas que entorpecen la existencia misma de esta serie es que el personaje de Sheldon parece haber evolucionado poco y nada desde su infancia hasta su adultez: intelectualmente parece el mismo, hace las mismas reflexiones, los mismos comentarios, y más que Sheldon Cooper de niño, parece Sheldon Cooper cuyo cerebro fue trasplantado al cuerpo de un niño X. Uno esperaría más infantilización del personaje, algo así como Goku de chico, aunque debe ser difícil hacer esto cuando se trata de un personaje que ya de por sí era bastante infantil.

 

Debo reconocer que un elemento bien usado es el enganche para la audiencia de la serie madre, en la que algunas partes son narradas por la voz de Jim Parsons, que encarna al Sheldon adulto, y es un recurso bien usado y que nos recuerda en quién va a convertirse ese niño que estamos viendo.


Ver “Young Sheldon” será para los fans de las sitcoms gringas familiares como ponerse un viejo par de zapatos y descubrir que todavía le quedan. La serie funciona con todos sus arquetipos y estereotipos del género, pero por esto mismo no hay que esperar mucha novedad o que se vaya a reinventar este tipo de producciones. Es otra sitcom más, muchos de sus gags son graciosos, y sería. Por eso, creo que lo mejor que le pudo pasar a esta serie es que sus capítulos son autoconclusivos. Creo que es de esas series que cumplen con entretener para el rato, cuando estás haciendo zapping y la pillas y la terminas viendo, lo cual no es para nada algo malo, muchas series funcionan bajo esa lógica. Me cuesta pensarla como una de esas series que uno sigue regularmente. Lo cual hace cuestionarse si ese esquema puede seguir funcionando, en una era en la que la gente opta cada vez menos por el zapping y más por las maratones continuadas de Netflix y afines. “The Big Bang Theory” normalizó y popularizó a los nerds, quienes salieron del closet y ahora pueden ir a convenciones, pasar horas en Internet descargando cultura de masas, y pegándose maratones de series. Ese mundo que ayudó a construir Chuck Lorre, un mundo donde ya nadie se avergüenza de ser un poquito Sheldon Cooper, podría ser, irónicamente, un obstáculo importante para este nuevo spin off. Nadie sabe para quién trabaja.

 

Si tienes curiosidad y quieres ver cómo le iba a Sheldon Cooper de niño, te contamos que  los capítulos estreno se verán todos los domingos a las 21 horas por Warner Channel.
Por Felipe Tapia, el crítico sobre cuya vida se hará un documental algún día, no lo duden.

Cine

Related post

Deja una respuesta

Su dirección de correo no se hará público.