Crítica de cine: “El planeta de los simios – La Guerra”

 Crítica de cine: “El planeta de los simios – La Guerra”

Años atrás la humanidad fue sacudida y reducida casi a cero por una letal enfermedad llamada “la fiebre de los simios”, que no fue más que la lamentable propagación de unas pruebas fallidas testeadas en monos para encontrar la enfermedad contra el Alzheimer. Mientras los simios se hacían más inteligentes, los humanos iban enfermando y falleciendo. Fuimos testigos de la revolución de los monos. Con los años, los simios tuvieron una confrontación con los humanos que estaban débilmente organizados y que los atacaron solo por miedo. Ahora, la guerra se desató.

César (el líder de los simios) junto a su familia y comunidad vive en la selva, ajeno a todo roce con personas y sin tener la más mínima intención de provocar a nadie. Si bien no viven a la vista del ojo humano sino más bien un tanto escondidos, logran llevar sus días en paz. Sin embargo, existe un ejército norteamericano que se acerca sigilosamente a la aldea de César, solo con el propósito de darle caza y muerte tanto a la mayor cantidad de simios posible como al propio líder. En este primer enfrentamiento en el que fueron totalmente sorprendidos, los simios debieron lamentar un número importante de víctimas fatales. Esto desata la ira de César, pero sin llegar a ordenar un contraataque. Cuando todos pensaban que los humanos no insistirían en volver a atacar, César debe afrontar el más duro golpe que los humanos podían dar y que él podía recibir, lo que provoca en él un ánimo y sed de venganza con el que tendrá que lidiar.

Esta es la tercera parte y final de la trilogía creada por los guionistas Rick Jaffa y Amanda Silver en el 2011 con “El origen del planeta de los simios”, la cual muestra el nacimiento del chimpancé llamado César, y como pasó de ser una mascota de una familia americana a ser el máximo líder de los monos. Si bien los guionistas se mantuvieron en la segunda entrega “El planeta de los simios: Confrontación” (2014), ahora es el director Matt Reeves junto a Mark Bomback quienes se encargan de ofrecer esta película cargada de sentimientos humanos (y no siempre son los humanos que muestran esta faceta) y llena de guiños y referencias tanto al filme original como a otros clásicos del cine.

Si bien “El planeta de los simios: La guerra”, se puede ver como película independiente, hace bastante referencia a su antecesora (Confrontación) por lo que le recomiendo que la vea también.

¿En qué ha cambiado el mundo de César desde la primera entrega a esta? Las bases de la comunidad y la organización de César fueron sentadas en las antecesoras y se respetan. Lo que más ha cambiado en la vida de los simios es la involuntaria humanización que nadie vio venir, vista de la peor forma (¿cómo no?), el peor retrato del ser humano plasmado en la nueva personalidad de los simios, ya que los sentimientos que se evidencian son el egoísmo y la traición. “Un simio no mata a simio” decían, pero…

Reeves, su director, aun logra traspasar la cara de espanto de un soldado americano al escuchar hablar a César (escuchar hablar a un mono) a nuestra propia cara, con esa incredulidad propia de la ficción que es la de escuchar expresarse a un animal. Los efectos especiales del filme son extraordinarios, tanto que si hace el ejercicio de vez en cuando de recordar que ninguno de esos simios es real, es para quedar más que sorprendido.

“El planeta de los simios: La guerra” tiene un muy buen casting. Mantiene al actor original que personifica a César (Andy Serkis), y tiene a Woody Harrelson como antagonista. Impecable, creíble, detestable. Ver a “El Coronel” (Harrelson) secundado por gorilas desertores de César ya que seguían la causa de “Koba” impresiona desde un principio y te hace prepararte en tu asiento para algo que sabes será épico.

La nota de humor que no existe en los films anteriores, está representada por un simio con cara de idiota auto apodado “Mono malo”, una especie de Gollum (guardando las proporciones), y que logra sacar alguna sonrisa. Al menos sirve para descansar de vez en cuando la tensión que provoca la película en sí.

La inclusión de una niña en la comarca de César no se entiende ni justifica hasta el momento en que se hace importante por el acto que realiza, escena que parece una cita de “La lista de Schindler” de Spielberg de 1993. Nova, como es apodada la niña, no puede hablar ya que es portadora de la fiebre de los simios, pero que no la afectado en forma letal.

¿Qué más logra este filme? En la eterna comparación e intención de similitud que trata de imponer el cine en sus imágenes entre humanos y animales, esta no es la excepción. De hecho, este es el punto germinal del film, la similitud entre simios y humanos, recalcada por el mismo “Coronel” en uno de sus diálogos. Lo que siempre ha hecho Disney es acostumbrarnos a empatizar con animales con sentimientos humanos, lo que acá se vive y logra de sobra: los simios son los buenos, los humanos son los malos. ¿Bien? ¿Mal? No importa, el clímax es el que importa.

Como había mencionado, son muchas las referencias  a otros filmes. La aventura (o “journey” como le gusta mencionar a los fanáticos de películas medievales, castillos y dragones) que comienza César es comparable a la comarca de “El señor de los anillos: La comunidad del anillo” (2001), en donde amigos se van uniendo en el camino. Otra que se puede adelantar sin contar spoilers son al menos dos nombres que aparecen en la película: Cornelius y Nova, que claramente hacen alusión al film original de 1968 protagonizada por Charlton Heston .

“El planeta de los simios: La guerra” es una película potente, bien lograda, con efectos especiales increíbles, con una banda sonora que ruge en cada una de las escenas, con un nivel de suspenso y a veces angustia que te mantiene pegado a la pantalla. Luces, fotografía, todo ayuda a crear dos mundos que no tardan en fundirse en una explosión de fuego y también sentimientos. Es el broche de oro que uno quiere ver cuando anuncian que es el fin de una trilogía, el cierre de una franquicia en que no pudimos mantenernos ajenos a ninguno de los tres films. Los diálogos de esta entrega, sin estructurar un guion complejo, son solo comparables a la trilogía de “Batman” de Nolan, en cuanto a la profundidad y madurez de los mismos. Será nominada a los premios Oscar 2018 por Mejores Efectos Especiales. Después me lo recuerdan en sus comentarios que deseen publicar al pie de este artículo.

Mega recomendable para verla en cines, para no perder absolutamente de la espectacularidad que entrega el film tanto en sonido como imagen. Si puede ver las anteriores, mucho mejor, aunque esta se disfruta por sí sola.

“Simios no comenzaron guerra”. César.

Por Daniel Bernal

En Twitter: @solobernal_

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