Crítica de cine: “La cumbre escarlata”

 Crítica de cine: “La cumbre escarlata”

Hay directores que tienen un estilo, una forma de hacer cine única que se puede apreciar en cada una de sus películas, como una especie de firma o marca registrada. Uno de estos cineastas es sin duda Guillermo del Toro, realizador mexicano que lleva años triunfando en Hollyywood con un trabajo que combina la fantasía, con el terror (o la ciencia ficción) y mucha elegancia y belleza en la dirección de arte.

Esta semana llega a la cartelera la nueva cinta de este premiado cineasta, “La cumbre escarlata”, con un elenco de lujo, conformado por jóvenes actores y actrices que además de taquilleros rebosan talento. La historia dice más o menos así. Edith (Mia Wasikowska) es una joven de unos 25 años que está escribiendo su primer libro, una historia de fantasmas, pues ella sabe que existen. Edith está soltera, y es pretendida por el médico de la ciudad, el doctor McMichael (Charlie Hunnam), sin embargo Edith solo siente un cariño de amigos por él. Un día  sin embargo, llega a la ciudad el baronet Thomas Sharpe (Tom Hiddleston) que con su encanto conquista a la chica y la convierte en su esposa, llevándola a vivir a su ruinoso castillo en Europa, donde Edith volverá a encontrarse con sus fantasmas y con la misteriosa hermana de sir Thomas, maravilloso personaje interpretado por Jessica Chastain.

A pesar de ser una historia de terror en su forma, en el fondo “La cumbre escarlata” es un drama pasional; una historia de amor desquiciada, enferma, donde ninguno de los personajes es una persona normal. Todos tienen aspectos oscuros, o al menos (como en toda historia de suspenso), parecen sospechosos de algo. Esto mismo es una de las principales virtudes de la película, pues sus protagonistas son extremadamente interesantes, el público querrá saber más y más sobre ellos a medida que avanza el metraje, información que el director nos da a cuenta gotas.

Esto hace que la película sea un poco lenta, en comparación con el lenguaje y el ritmo al cual nos tienen habituados las películas de terror actuales, incluso si  las comparamos con cintas anteriores del mismo director. Sin embargo esta aparente lentitud con la que narra el cuento a la larga se agradece, pues nos da el tiempo de conocer mejor a los personajes, y en el fondo lo que hace Del Toro es homenajear las clásicas películas de terror de los años 50, incluyendo guiños evidentes a “La caída de la casa Usher” o las películas de Drácula de la Hammer, algo que a los cinéfilos les va a encantar. En este sentido la dirección de arte es una de los aspectos que más destaca, haciendo de la casa un personaje más.

“La cumbre escarlata”, a pesar de no ser la mejor película del mexicano, es una cinta que funciona, terroríficamente hermosa (si saben a lo que me refiero), y que deja un agradable sabor agridulce al salir del cine, algo bastante inusual por estos días.

Por Juan Carlos Berner

En Twitter: @jcbernerl

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