Crítica de cine: “Lo imposible”

El 26 de diciembre de 2004, el sudeste asiático fue arrasado por uno de los desastres naturales más violentos que hayan sido registrados. En Tailandia, la familia española Álvarez- Belón, sufrió en carne propia sus efectos. Su historia fue escrita por María, la esposa y madre de la familia, y llevada a la pantalla grande por el magnífico Juan Antonio Bayona, el mismo que nos sorprendió con “El orfanato”, su debut en 2007.

Más que una película de desastre que busca la entretención, “Lo imposible” es una película de supervivencia, que busca a través del desarrollo dramático retratar la fortaleza de una familia sostenida por el amor que se tienen unos a otros. Una historia cuya premisa le hace honor a su nombre, pues la posibilidad de sufrir las experiencias de esta familia y vivir para contarlo es casi nula. Bueno, en realidad no lo es. De hecho, el titulo hace referencia a otra clase de imposibilidad, a aquella que le impide a un ser humano tener la certeza de que un ser querido que ya no se puede ver, en realidad, sigue ahí.

En la versión cinematográfica la familia no es española sino británica. Henry y María Bennet (Ewan McGregor y Naomi Watts) llegan a Tailandia a pasar sus vacaciones de invierno en busca de playa y sol. Viajan junto a sus tres hijos, Lucas, el primogénito de 12 años, (Tom Holland), Thomas, el del medio (Samuel Joslin), y Simon, el más pequeño (Oaklee Pendergast).

Juntos disfrutan la navidad en medio de este paraíso tropical. La catástrofe los sorprende al día siguiente en medio de la piscina del hotel ubicado frente al mar. La ola golpea sin piedad la costa y los miembros de la familia son separados.

Los distintos episodios van develando al espectador la magnitud y el alcance de la catástrofe. Son miradas de lo particular a lo general. Primero con María, quien lucha sola por sobrevivir el monstruoso ataque del mar para, momentos más tarde, descubrir que Lucas se aferra a la vida al igual que ella a sólo unos metros de distancia. Abatidos, María y Lucas deben reaccionar para seguir con vida e iniciar la búsqueda del resto de la familia sea que estén vivos o muertos.

El guión de esta película es la adaptación que Sergio G. Sánchez hizo de la historia de María Belón y es la segunda colaboración con Bayona. Algo destacable de este trabajo, es la coherencia y la unidad con que cada tema es integrado a la historia. Cada plano está justificado, cada línea de diálogo, cada subtexto. Sin exceso de sub-tramas o distracciones espectaculares, la historia se centra en el conflicto de la familia desmembrada y su lucha por el reencuentro sin dejar de lado las contradictorias relaciones entre grupos de sobrevivientes.

La sensibilidad de Bayona sobre temas familiares se hizo evidente en su ópera prima “El orfanato”, una historia de fantasmas donde una mujer luchaba por recuperar a su pequeño hijo. En el caso de “Lo imposible” la relación madre-hijo se extiende al del resto de la familia y el cuidado que se le da al retrato de las relaciones entre los personajes se traduce en momentos emocionantes de increíble verosimilitud. Realismo que se debe en gran medida a la calidad de los actores sin distinción de edad, ya que el trabajo de los niños es extraordinario.

El director fotografía de “El orfanato”, Óscar Faura, también repite colaboración en esta película. De ello es consecuencia un trabajo de cámara impecable que traduce, nuevamente, sensibilidades en imágenes bajo una propuesta estética clara.

Otro recurso que no puede ser ignorado es el de los impactantes efectos visuales. Se encuentran perfectamente integrados, como si no estuvieran ahí. Hablo específicamente del tsunami. El trabajo de la ola presenta un nivel de realismo que parece superar el excelente trabajo expuesto en la película de Clint Eastwood “Más allá de la vida” (“Hereafter”, 2010). La secuencia dura diez minutos y para su creación se evitó lo más posible utilizar agua recreada digitalmente. Los efectos del tsunami, a cargo de equipos españoles de primer nivel, tardaron cerca de un año de trabajo de post-producción.

Es impresionante la calidad técnica que el cine español ha conseguido, al punto de recrear en términos logísticos una historia tan compleja como ésta. También impresiona el nivel artístico del trabajo de sus directores, generando que muchos de ellos terminen en la mira de productoras hollywoodenses. No sería raro que muchos cazatalentos estén deseando que Bayona entre a las grandes ligas del cine comercial.

Esta segunda película de Bayona describe un valor que traspasa la pantalla y llega al corazón de la audiencia: el amor de la familia. Como no lo hace de un modo empalagoso (a la Disney), el mensaje llega nítido, sin ruidos.

En resumen, “Lo imposible” es una película altamente recomendable que construye en varios niveles una identificación inmediata con el sufrimiento de los personajes, sus sentimientos de terror, sus afectos y su consuelo.

Ficha técnica:

“Lo imposible” (“The Impossible”)

Dirección: Juan Antonio Bayona

Guión: Sergio G. Sánchez

Elenco: Naomi Watts, Ewan Mc Gregor, Tom Holland, Samuel Joslin, Oaklee Pendergast, Geraldine Chaplin, Sönke Möhring

España, 2012, 114 minutos.

(c) Por Hugo Díaz

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