Crítica de TV: “Anne with an e”

 Crítica de TV: “Anne with an e”

Anne es una chica huérfana que llega, por un error, a vivir con una pareja de solterones en la isla Príncipe Eduardo, en Canadá. Un pueblo granjero a finales del 1800, que se ve revolucionado con la llegada de esta niña que, sin querer, cambiará la vida de todos. Esta serie de época tiene 3 temporadas y está disponible en Netflix.

Basada en “Anna de Tejas Verdes”, un clásico de la literatura en inglés, me atrevo a decir que es una de las mejores series juveniles que he visto en el último tiempo. Simple, bella, dramática sin caer (tanto) en la cursilería, hace avanzar la historia sin drama excesivo. Es todo tranquilo y pausado, intenso como las emociones de la juventud, dramático como es todo a los 15 años, pero sin involucrar historias densas o traumáticas. Al ser de una época más tranquila, ambientada en un pueblo granjero, los conflictos de los personajes son bastante puros… algo bien raro en las series juveniles, debo decir. Sin embargo, “a pesar” (así entre comillas) de esta pureza, no es una serie mojigata; se habla sutilmente del sexo, de las injusticias, del derecho de los jóvenes a tener una voz propia.

Es muy interesante la cantidad de temas importantes para la vida que toca esta serie sin que nos demos cuenta; la pertenencia a un lugar, la importancia de ver belleza en las cosas simples, la libertad femenina, el miedo a los cambios, la importancia de la pasión, la importancia del CONSENTIMIENTO (tema muy importante por estos días), cómo los ideales pueden venir desde las voces más silenciadas y el tema más importante: el amor. En todas sus formas. En todos los niveles.

Es el amor el tema más importante en la serie. Cómo el amor es una fuerza reponedora, capaz de sanar las heridas más profundas. El amor de la familia repara el pasado de Anne, que prefiere ser feliz y olvidar las cosas horribles que sufrió antes de ser adoptada, es un manifiesto a que la familia no siempre es de sangre y que no hay nada que un niño necesite más que ser amado. El amor entre amigas, entre Anne y su mejor amiga Diana, mostrado sin tapujos, sin prejuicios, también es hermoso. Y el amor romántico, ese que todos buscamos y queremos entender, durante toda la vida… el amor cambia y evoluciona durante la serie y, para qué les voy a mentir, nos mantiene en intriga permanente, porque creo que la pareja que se arma es una de las más bonitas que he visto en mi vida. Supongo que es porque es puro y tranquilo, sin tanto drama, sin tanto sufrimiento. Es la lección que todos debemos aprender: el amor no duele. El amor te hace feliz y te tranquiliza, nunca duele.

Anne es una romántica en todo el sentido de la palabra. No sólo porque busca tener “un romance trágico”, si no porque toda su vida se refugió en la fantasía para escapar de la realidad y busca la poesía en todo lo que la rodea.  Es una luchadora, que quiere luchar siempre contra la adversidad. Y lo más importante, es que por muy adverso que sea su panorama, ella siempre encuentra el valor y la forma de ponerse de pie y enfrentar aquello que la angustia, que la acompleja. Es muy gracioso lo mucho que habla, con palabras rimbombantes para darse importancia, porque para ella ser inteligente y creativa es lo más importante de la vida, algo que aprenden las personas que están a su alrededor y ayudan a crear esta atmósfera tan bonita… tan íntima… tan simple.

A pesar de seguir bastante las bases del libro, la productora y los guionistas se tomaron bastantes libertades para adaptar las problemáticas de 1899 con las actuales, sobre todo con los temas feministas; Anne, con su pensamiento libre, ayuda a sus amigas a entenderse como seres únicos y completos, a través de rituales preciosos y consejos que da sin que se los pidan. Me encanta pensar que hay jóvenes viendo esta serie absorbiendo esta forma de pensar, aprendiendo a respetarse a sí mismos y a los demás.

Es una serie altamente recomendada. Desde que comenzó la cuarentena, ha aumentado su popularidad en Netflix y ahora entiendo por qué: es una hermosa forma de escapar y viajar a otros tiempos. No sólo a 1890 y algo, si no a la juventud, porque yo volví a mis 15 años y fui feliz todo el tiempo que estuve ahí. Lo más triste, y quizás esto mate un poco la fantasía, es que Netflix no renovó el contrato y no habrá temporada 4; de todas maneras, si estás interesado, vela. Creo que a pesar de todo, tiene un buen cierre y no es TAN frustrante. Al final, nos quedamos con ganas de ver más porque Anne es adorable y todo lo que pasa en su vida es hermoso y divertido. Ojalá los fans logren que alguien más se interese y nos den el placer de ver nuevas aventuras de Anne de Tejas Verdes.

Por Gaby Carreño.

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