“Samurai X”: de manga a película live action

samuraixCuesta mucho hacer una adaptación de un dibujo y que esta quede digna.  Por la estética, por el trabajo de sintetizar la historia y que nada sobre o falte, y por conservar la esencia original. Pero por sobre todo, porque hay historias que nacieron para cierto formato específico, como “Judge Dredd” o “Los pitufos”. También está el reto de dejar contentos tanto a los fans del producto original como el público masivo.

De esta tarea, una de las que rara vez tiene éxito y conserva la calidad es las versiones live action de los manga o anime. O se caen en la producción como “20th Century Boy” o “Death Note”, o se caen en la fidelidad de la adaptación, como “Dragon Ball Evolution”. Creo que lejos, la adaptación más digna hasta la fecha ha sido “Rurouni Kenshin”, la versión Live Action del exitoso manga de los noventa de “Nobuhiro Watsuki”.

La historia se centra en las primeras res historias del manga original, que comprende el cómo se conocen Kaoru y Kenshin, el enfrentamiento con Jinei, que busca que Kenshin regrese a ser un asesino; y la saga de los traficantes de opio. La condensación y mezcla de elementos está sumamente lograda, y se entiende que se quite a personajes para no caer en un alargamiento como el de “El Hobbit”. Además, todos los personajes aportan un rol en la historia, ninguno sobra o falta, y eso es difícil de lograr.

La película live action de “Samurai X” está ambientada en un Tokio costumbrista del siglo 18, los escenarios son dignos, no son caricaturescos pese a que no estamos en una superproducción de la envergadura de “El Tigre y El Dragón” o “Los Siete Samuráis”. Las escenas de acción tienen ese elemento fantástico del anime, sin exagerar ni imitarlo como sucede en “Asterix”, por ejemplo. Hay buenas escenas de acción que no se quedan solo en lo “posible”, pero no llega a ser tan fantástico como en la serie: Si se reprodujera de manera demasiado fidedigna, quedaría algo así como “Shaolin Soccer”.

El tema principal es cómo los samuráis se volvieron obsoletos en una era de paz y en la que los conflictos se resuelven de manera más política que beligerante, donde se están comenzando a adoptar elementos de la vida occidental, y muchos quieren empezar una vida nueva y dejar atrás el sangriento pasado en el que todos formaron parte, les haya gustado o no. La estética es bastante fiel al anime sin ser un cosplay como en la mayoría de estas adaptaciones, conserva esa atmósfera costumbrista y el argumento puede ser disfrutado tanto por alguien que conoce la historia original como el que no.

Dentro de los chicos buenos, tenemos a Kenshin, Kaoru, Yahiko, Sanosuke, Saito, Megumi, el oficial Yamagata, y entre los malulos, están Kanryu Takeda, Jinei, y un tipo con un gran parecido a Hanya. Dentro de los flashbacks tenemos escenas memorables, como cuando el marido de Tomoe le hace la primera cicatriz a Kenshin (O Battousai el destajador, como prefieran). Se nota también un trabajo de documentación histórica más allá del mero manga y anime, y eso le da más peso a la historia.

Quizá los puntos más flacos de la adaptación es que a veces las situaciones humorísticas no encajan en la película. En la serie contabas con el tiempo suficiente para deambular por lo dramático y lo gracioso indefinidamente, acá no. Cuando Kenshin se cae o dice “Oro”, como que se produce un quiebre en la seriedad de la historia. El único personaje que no guatea en las escenas cómicas es el antihéroe Sanosuke, que acá funciona bastante bien como un Han Solo. El otro punto flaco a mi gusto es la música, bastante homogénea para mi gusto, a diferencia del anime, que contaba con temas rockeros y otros más ad hok a la época, y las escenas de acción, tensión, romance y humor contaban con canciones distintivas para cada situación. Acá resulta difícil que la música te transfiera una atmósfera de sentimientos acorde a lo que pasa en ese momento.

Para ser honestos, esta adaptación nunca reemplazará al anime, pero vale la pena verla, porque se nota que se hizo con profesionalismo y cariño, junto con ojo comercial, lo que nos demuestra que esos elementos no necesariamente siempre están en pugna. A mí, en lo personal, me pareció que la historia dejó suficientes cabos sueltos como para una adaptación, y no me molestaría ver una en el futuro.

(c) Por Felipe Tapia, el crítico que despierta la envidia de sus jefes

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