“True Detective”: Tercera temporada

 “True Detective”: Tercera temporada

Luego de una exitosa primera temporada y una segunda que dejó no muy contenta a la audiencia, “True Detective” arrancó con una tercera  que al parecer recupera el espíritu de la original. Atrás quedaron los rollos de mafias y corrupción política de la segunda temporada, y volvimos a los sectores rurales, cultos religiosos y pueblitos chicos. De hecho, están involucrados en el proyecto Woody Harrelson y Matthew McConaughey, aunque esta vez no como actores.

En esta entrega la pareja protagonista vuelve a componerse de dos policías, Wayne Hays (Mahershala Ali) y Roland West (Stephen Dorff), quienes deben resolver el enigma de la desaparición de dos niños, hijos del disfuncional matrimonio Purcell. Y como nos tienen acostumbrados en estas historias, mientras lidian con el caso, deberán al mismo tiempo hacerlo con sus propios problemas personales, sobre todo Wayne, quien sufre los problemas de discriminación racial de los años 80.

Otro aspecto similar a la primera temporada es que la historia se desarrolla en tres épocas distintas: los 80, cuando tuvieron lugar las desapariciones; los 90, mostrándonos a Wayne casado, con hijos y fuera del caso; y los 2000, con un Wayne anciano y con problemas de orientación y memoria propios de la edad. Hay que reconocer el espléndido trabajo de caracterización, en el que Mahershala y el resto de los actores son envejecidos según la época en la que transcurre cada parte del argumento.

La crueldad hacia los niños, la ignorancia pueblerina, discriminación racial, disfunción familiar, entre otros tópicos, irán desarrollándose a lo largo de esta temporada que ya lleva emitidos 5 episodios. Hay que reconocer que la historia ha regresado a sus orígenes, con personajes complejos, una trama intrigante, y un escenario muy bien construido y lleno de detalles que le dan verosimilitud a la historia. Sin embargo, el precio que se cobraron para restituir la confianza luego de la segunda temporada, fue alto. Resulta del todo evidente que para esta entrega se optó por la sandía calada, y tanto el escenario como la progresión narrativa de la historia es tremendamente similar a la primera temporada, lo que hace pensar que los creadores no quisieron esta vez tomar riesgos y se fueron por lo seguro. Lo cual no es necesariamente algo malo, si los resultados de la estrategia, a la larga, nos brindaron una buena trama. Yo personalmente prefiero eso a otra temporada flojita, como la que protagonizó Colin Farrell.

Por Felipe Tapia, el crítico que está de cumpleaños el mismo día en que nació

Cine

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