Comentario cine: “El exótico Hotel Marigold”

“These foolish things” se titula el libro de Deborah Moggach en el que se basa la película inglesa que lleva por nombre “The Best Exotic Hotel Marigold”, estreno semanal que se inserta en la cartelera local bajo la premisa de un grupo de adultos mayores desconocidos entre sí que emigran a un hotel de lujo en Mumbai y que al momento de llegar deberán enfrentarse a un hotel antiguo en construcción y un joven administrador que ha photoshopeado el lugar para atraer turistas y, eventualmente, realizar el anhelado Hotel Marigold.

Bajo el gancho de grandes actores y hermosos paisajes, “Marigold…” invita al espectador a vivir una experiencia de turista donde la belleza simple y los grandes monumentos retratan realidades no mejores, pero sí distintas a lo que acostumbramos ver. Del mismo modo y consiguiente a la propuesta, las aventuras y los encantos son cuota garantizada… mientras sigan siendo entretenidas. Porque cuando las vacaciones se convierten en el día a día el turista ya está en casa, demostrando que su llegada sólo tiene sentido con una escapatoria a tiempo. El retrato de John Madden funciona desde esta cabina, y por más que pretendamos un mayor conocimiento específico tampoco es eso lo que le pedimos a un turista.

Por el contrario, para que nosotros podamos conocer un lugar en el que no estuvimos necesitamos fotos, y ojalá siempre las mismas. La cantidad de gente, el tipo de comida, un par de costumbres, dos estatuas y un atardecer de postal. Así, superficialmente, las pinceladas de mundos quedan sólo en eso. Personajes, espacios, relaciones. Momentos. Sólo eso. A veces incluso luchando contra los propios límites del relato. Del relato de un turista. Es así como en el aire resuenan palabras como “encantador”, “agradable” y “cómico”, o comentarios que destacan las actuaciones. Claro que las actuaciones son buenas. Yo iría más allá. Las actuaciones son la película. Tom Wilkinson rellena todos esos espacios abiertos que tanto director como guionista dejaron abiertos. Aún así, es necesario establecer que cuando la actuación (no el actor) brilla por sobre el resto, debe existir algún punto flaco en ese resto que no alcanzamos a distinguir en una primera mirada.

De esta manera, “these foolish things” pareciese ser un título más apropiado para una película que no es “exótica”, ni es “Marigold”, sino que es precisamente sobre esas pequeñas cosas tontas en las que se pierde un relato que pudo ser mucho más graciosa, mucho más emocionante y que por sobre todas las cosas pudo sentirse mucho más real, pero que se perdió en la superficialidad propia de la vida moderna de los personajes, esa que nos lleva a anhelar una vida “encantadora”, “agradable” y “cómica”, tal como la vida de un turista.

©Ignacio Hache

http://www.youtube.com/watch?v=DHJr8MvJkBc&t=1s

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