Crítica de cine: “Sonic, la película”

 Crítica de cine: “Sonic, la película”

La relación entre los videojuegos y el cine ha estado marcada desde sus inicios por la insatisfacción de sus fans, quienes han visto cómo sus juegos favoritos han sido llevados a la gran pantalla por realizadores que no tenían el más mínimo conocimiento del juego original o simplemente no les interesaba hacerlo bien. Así, vimos desastres como “Street fighter”, “Mario Bros” o “Doble Dragon”. También hubo películas un poco más decentes como “Mortal Kombat” cuyo problema es que se notaba el bajo presupuesto, o cintas de acción como las sagas de “Resident evil o “Tomb Raider”, que si bien eran entretenidas, no tenían mayor profundidad o se alejaban mucho de la historia del juego.

Todo eso viene a cambiar con la película de “Sonic”, una película sencilla y familiar, que sí es muy fiel al clásico juego de Sega que la inspira y es probablemente, el mejor filme basado en un videojuego hecho hasta hoy.

En la cinta, Sonic vive en un lejano planeta y es el único de su especie que tiene el poder de la super velocidad. Por eso, hay seres que lo quieren destruir, porque como ya saben, un gran poder… Atrae muchos enemigos. Así es como su mentora lo envía a la Tierra, donde le aconseja que se mantenga oculto. Sonic pasa tranquilo muchos años en una pequeña ciudad llamada Green Valley, hasta que un incidente lo deja al descubierto. Esto hace que aparezca el Doctor Robotnik (Jim Carrey) quien utilizará todas sus artimañas y trucos para capturarlo.

Dado que la película está contada como una caricatura, no pudo haber mejor elección para el villano que Carrey, quien utiliza toda su versatilidad para interpretar a Robotnik de una forma que lo hace temible pero a la vez increíblemente cómico. Con esto Carrey vuelve a sus orígenes, con un papel que nos recuerda sus mejores años en “La máscara” o “Mentiroso mentiroso”.

Por otro lado y tras la polémica que hubo con el mal diseño del personaje de Sonic, la versión que salió al cine es idéntica a la del videojuego, uno de los personajes más queridos de la industria, por lo que funciona a la perfección, tanto en la imagen como en su alocada y adorable personalidad. Los guionistas consiguieron hacer del erizo azul un personaje con mucho carácter, divertido y tridimensional con el cual es fácil identificarse. Junto a él, James Marsden repite el personaje medio sonso pero tierno que ha hecho muchas veces, pero que es un buen compañero de aventuras para Sonic.

También se agradecen las decenas de referencias a la cultura pop que hay en la película, al igual que las escenas con efectos especiales que son de primer nivel.

Una película genial y divertida, muy buena para unir a las generaciones que empezamos jugando Sonic a inicios de los 90 y los pequeños que lo conocen en los juegos más recientes o en las series de TV. Y no olviden quedarse al término de la película porque entre los créditos hay una escena extra realmente espectacular.

Por Juan Carlos Berner

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